domingo, 26 de agosto de 2012

Qué hay al otro lado


Un médico visitaba a un paciente terminal y dejó a su perro fuera, esperando a la puerta. Al despedirse, ya con la mano en el pomo de la puerta, el enfermo le preguntó:
“Doctor, dígame qué hay al otro lado de la muerte.”
El médico respondió: “no lo sé.”
El enfermo insistió: “¿Cómo es posible que usted, un hombre cristiano, creyente, no sepa lo que hay al otro lado?”
En ese momento se oían gruñidos y arañazos del otro lado de la puerta. El doctor la abrió, y su perro entró moviendo la cola, haciendo fiestas y saltando hacia él.
El doctor le dijo al enfermo: “Fíjese Vd. en mi perro. Él nunca había entrado en esta casa. No sabía nada de lo que se iba a encontrar al entrar en esta habitación. Sólo sabía que su amo estaba aquí dentro. Y por eso, al abrirse la puerta, entró sin temor a mi encuentro. Pues bien, yo apenas sé nada de lo que hay al otro lado de la muerte. Solo sé una cosa. Mi Señor está allí, y eso me basta.”