miércoles, 22 de agosto de 2012

¿Por qué el sacerdote lleva hoy un vestido blanco?


1. La situación.
            Carlos, de 7 años, es un niño bastante inquieto, al que le cuesta estar tranquilo en Misa, Sus padres han pensado acudir a los oficios de Semana Santa, y han ideado un sistema para intentar que Carlos esté más entretenido en la celebración de la muerte-resurrección del Señor: su padre le va a pasar cinco preguntas misteriosas a lo largo de la celebración para ver si se las sabe contestar. Una de ellas es sobre el color del alba del sacerdote, Carlos observa acertadamente que es roja. Cuando después van a la celebración de la Resurrección, le pregunta a su padre: «¿Por qué el sacerdote lleva hoy un vestido blanco?»

2. Las pistas.
2.1. Los símbolos de la liturgia.
            La Liturgia cristiana es una actividad cargada de símbolos, aunque la tradición occidental ha desarrollado tanto la palabra y la razón que, al final, las propias palabras corren el riesgo de apagar la riqueza simbólica. Sin embargo, los símbolos son un elemento a tener en cuenta a la hora de educar a nuestros hijos en la celebración cristiana, sobre todo cuando aún no tienen la capacidad de entender los discursos abstractos.
            El altar, con su mantel, es una mesa de convite, a la vez que el lugar en que Dios entrega su vida por nosotros. La Eucaristía es comida: pan que comemos, en el que todos (comunión) recibimos al mismo Jesús en nuestro interior. Los colores de la vestidura litúrgica del sacerdote nos indican, con lenguaje no verbal, el sentido de la celebración... Son algunos de esos símbolos que tenemos que cuidar y potenciar, por encima del exceso de palabras. A veces, precisamente por su dimensión simbólica, dicen más que el más florido de nuestros discursos (y es que «una imagen vale más que cien palabras»). No debemos desaprovechar, pues, este material tan valioso para acercar a nuestros hijos el auténtico sentido de nuestras celebraciones.

2.2. El ciclo litúrgico.
            La Iglesia ha dividido el año litúrgico en diferentes períodos, cada uno con un significado diferente: el Tiempo Ordinario, abierto a la totalidad del mensaje cristiano; la Cuaresma, como tiempo especial de penitencia y preparación a la Pascua; el Tiempo Pascual, como celebración de la gran alegría de la Resurrección del Señor... Es lógico que las vestiduras sacerdotales, si tienen alguna dimensión simbólica, cambien a lo largo del año.
            Y así tendremos el color verde para el Tiempo Ordinario, un tiempo en el que reflejamos la actitud cristiana de la espera ante la manifestación definitiva de nuestro Señor, y de esperanza porque en Él serán nuevas todas las cosas; el color morado para la penitencia y la preparación, comunes para el Adviento y Cuaresma; el blanco, signo de alegría, durante la Navidad y el tiempo pascual; el rojo, color de la sangre signo del amor de una vida entregada, ya sea la del propio Jesucristo, ya sea la de cualquiera de los mártires que ha dado su vida por profesar su fe en el Señor.

3. La respuesta.
«El otro día te fijaste en el color de las vestiduras del sacerdote, ¿verdad? ¿Recuerdas que eran roja, del mismo color que tiene la sangre? Pues ese color significa que Jesús dio su vida por nosotros, y por eso es el color del amor, y ese día lo que celebramos de verdad es el amor que Dios nos tiene. Hoy estamos contentos porque celebramos que Jesús, después de morir, ha resucitado, está vivo y nos acompañará para siempre. Y esa alegría la expresamos en la Iglesia con el color más vivo y brillante que conocemos , el color blanco. Si te fijas a partir de ahora, irás viendo que el sacerdote va cambiando el color de sus vestiduras. Si quieres, podremos ir comentando lo que significa cada color. Y, si alguna vez no sabemos el sentido de un color, se lo podremos preguntar al sacerdote. ¿Te parece?»
Revista “Catequistas” nº 196, Abril 2009