1.
La situación.
Ana
tiene siete años. Está escolarizada en un colegio "de monjas", y todos
los años, por Mayo, ve cómo la imagen de María que hay a la entrada del colegio
se llena de flores. Su madre le ha explicado que éste es el mes de María, y la
gente le lleva flores. Ana le pregunta entonces: "¿Puedo llevarle flores yo también?"
2.
Las pistas.
2.1.
La primavera .
• Marzo ventoso y abril lluvioso hacen
a mayo florido y hermoso. Así explica el refranero la explosión de vida que caracteriza la primavera:
árboles en flor, hierba verde, flores de todos los colores, canto de pájaros ...
Es una auténtica "gozada" poder darse un paseo por el campo en medio
de este canto de vida de la Naturaleza. Un canto de vida que simboliza perfectamente
el sentido del Tiempo Pascual, tiempo en que se celebra la promesa de vida plena
para quien se deje llenar por la oferta divina de Amor.
2.2.
La devoción mariana.
•
Si algún personaje representa la eficacia de esa oferta de vida plena, de salvación,
es precisamente María, de la que los creyentes decimoas, repitiendo las palabras
de Isabel: "Y bendito es el fruto de
tu vientre, Jesús". Es la primera creyente, quien se dejó llenar totalmente
por la promesa de Dios, y permitió que Él mismo encontrara un huequecito entre
nosotros. Ha sido la primera en beneficiarse de la salvación alcanzada en la Resurrección
de Cristo. Por todo ello, podríamos decir que María es el personaje pascual por
excelencia.
•
Precisamente por su capacidad de acogida y su total disponibilidad se hizo también
Madre nuestra, y nos señala claramente el camino, a cada uno de nosotros, hacia
el encuentro con Dios.
•
Una reflexión teológica predominantemente masculina a lo largo de la historia,
ha relegado el papel de María, en muchas ocasiones, a ser símbolo del ideal de feminidad.
Se han exaltado los rasgos femeninos de la maternidad-paternidad en María, en una
especie de contrapeso a la visión masculinizante de la paternidad-maternidad de
Dios, y se ha destacado la pureza corno su virtud fundamental. De ahí el simbolismo
alcanzado con la ofrenda de flores a la Virgen.
•
Sin embargo, la visión evangélica pone el acento en la María creyente y totalmente
abierta a la voluntad de Dios. Una María a la que las ofrendas florales aportan
poco si no van acompañadas de una entrega generosa del corazón creyente de quien
hace la ofrenda.
3.
La respuesta.
•
"Ana, las flores son muy bonitas, y es
hermoso regalarlas. iFíjate, yo misma me alegré mucho cuando me las regalaste el
día de la madre! De hecho, María, que fue la madre de Jesús, se sigue preocupando
mucho por nosotros, y seguro que le gustará que le lleves las flores. Pero es
muy fácil comprar unas flores, o recogerlas en el campo, y lIevárselas a la Virgen,
sin más. Yo creo que a ella le gustaría más, como buena madre que es, que, además
de llevarle flores, con cada flor le llevaras un pequeño regalito. Pero regalitos
de tu propia vida: ayudar en casa, no regañar con los hermanitos, dejar jugar a
todos en el cole, hablar con Davidia, la niña que hace poco llegó al cole y que
decís que no sabe hablar bien ... Todas estas cosas harán muy feliz a María, que
sentirá que le estás ofreciendo un pequeño tesoro junto a cada flor. iVamos a hacer
una cosa! Esta tarde saldremos al campo y recogeremos las flores más bonitas que
veamos. Y, después, aquí juntos, escogeremos las flores que más nos gusten, y a
cada una le ataremos, en un cartelito, algo que nos comprometamos a hacer. Luego,
le pediremos juntos que nos ayude a vivir como quiere su hijo Jesús. Y mañana le
llevas tu ramo a la Virgen. ¿Te parece?"
Revista
“Catequistas” nº 189, Mayo 2008