A menudo tengo que pensar en Jesús y el joven rico. Jesús lo vio como
candidato ideal para su círculo de discípulos, trató de atraerlo y lo alabó.
Pero el joven rico no podía seguir ese camino y se fue lleno de tristeza. Jesús
no le hizo reproches ni lo condenó, pero seguramente fue para él un sufrimiento
el no poder conquistar a ese joven como colaborador y hacer de él un apóstol.
Carlo M. Martini