miércoles, 12 de diciembre de 2012

Jesús versión el evangelista San Lucas



San Lucas simpatiza con los pecadores y los oprimidos. Se empeña a favor de los enfermos. Jesús le devuelve a la viuda de Naín la vida de su hijo, que había muerto. Su sensibilidad por los que sufren no sorprende, puesto que era médico. Lucas centra su atención en Jesús como salvador. Narra cómo cura y va detrás de los perdidos. De allí extrae Lucas, el discípulo de Jesús, su seguridad personal y su confianza cierta. Con su Evangelio y los hechos de los apóstoles inscribe en la memoria de la Iglesia la dimensión social. La hospitalidad, la sorpresa deparada por los no creyentes, el aprendizaje a partir de los propios errores y la maldición de la falta de misericordia hacen de Lucas un maestro que hoy tiene acceso a los corazones de los jóvenes.
Dios “ha derribado a los poderosos de sus tronos y ha encumbrado a los humildes”, canta la joven María. Quien se planta tan fuertemente a favor de los hombres humillados tiene que criticar a los poderosos y ricos. Es aquí donde más me asombro de Lucas. Es radical en su mensaje pero no hiere a nadie. Ensalza a los pobres y muestra a los que poseen bienes una camino para tratar con su riqueza, más aún, les indica cómo pueden, con esos bienes, hacer felices a otros y llegar a ser felices ellos mismos. Todos entienden su palabra.
Lucas simpatiza con los samaritanos, a quienes se desacreditaba como herejes. Juzga con severidad el  miedo y la cerrazón de quienes así pensaban y presenta al samaritano misericordioso como ejemplo para todos. El buen samaritano ve al prójimo, a quien el sacerdote ignora.
Lucas ve hasta en el administrador deshonesto algo ejemplar. Haceos amigos con el dinero injustamente adquirido, dice Jesús. Según Lucas, tenemos que aprender del juez impío, de la pobre viuda y del publicano Zaqueo. Sólo Lucas nos narra cómo el Resucitado sale al encuentro de los entristecidos discípulos en el camino de Emaús. Jesús les presta oídos y les hace preguntas. Los jóvenes iban de camino junto con Jesús sin saberlo. Sólo retrospectivamente reconocieron a Jesús en la mesa.
Tal como lo describe Lucas, Jesús está del lado de los hombres que tienen la audacia de levantarse en contra de la injusticia. Además, Lucas ignora menos que los otros evangelistas a las mujeres que acompañan a Jesús. Escribe cómo Jesús gana amigos y busca compañeros de lucha. Criticar en el amor es un arte. Lucas es capaz de criticar de tal manera que no humilla al otro, sino que lo hace más fuerte. Él tiende un puente entre pobres y ricos, de modo que puedan intercambiar bienes.
Carlo M. Martini