Jesús sigue
presente entre nosotros, pero de otra manera.
«Quédate con
nosotros, Señor Jesús, porque atardece; sé nuestro compañero de
camino, levanta
nuestros corazones, reanima nuestra débil esperanza...».
Como los de
Emaús, también nosotros te necesitamos, compañero de camino. Necesitamos que
escuches nuestras preocupaciones, nuestros desengaños.
Necesitamos que
acompañes nuestro dolor.
Necesitamos que nos
acompañes cuando en la vida todo se oscurezca.
Necesitamos que
nos des tu ternura, tu compasión, tu comprensión y cercanía.
Jesús
resucitado, ¡quédate con nosotros porque en la vida, en más de una ocasión, se
oscurece la alegría y necesitamos de la luz de tu compasión y lealtad!
Jesús
resucitado, ¡no nos dejes nunca, te necesitamos!