sábado, 12 de mayo de 2012

BIBLIA, ¿TE CONTRADICES?


Para muchos la Biblia se muestra un tanto contradictoria, especialmente por el contraste entre el AT y el NT. Vamos a detenernos en es­tas cuestiones.
¿Por qué te llamas Biblia?
Quizás la clave y también el proble­ma, radica en el mismo nombre; “Biblia”. Se trata de un sustantivo plu­ral que literalmente significa «libros» o «rollos de papiros». Se uti­liza un sustantivo plural para indicar una realidad singular. Pese a su gran diversidad, la Biblia se comprende como una unidad, o mejor, como una unidad plural.
De ahí surge, como primera conse­cuencia, que un pasaje no puede in­terpretarse aisladamente. Es decir, es como si yo me leo el capítulo de una novela, ignorando que dicha no­vela cuenta con cincuenta capítulos más. En cuanto que cada capítulo constituye una unidad en sí mismo, seguramente lo entenderé. Sin em­bargo, descontextualizado, corro el riesgo de interpretarlo mal o de no comprenderlo en toda su riqueza.
Actualmente existe un método de interpretación que se denomina «ca­nónico» y que, precisamente, parte de este principio. Un pasaje no sólo no debe estudiarse fuera de su con­texto inmediato, sino que hay que estudiarlo en su contexto más amplio que es el libro del que forma parte y, últimamente, dentro del con­texto de toda la Escritura, ya que ésta se entiende como una unidad.
¿Por qué el Dios del AT es un Dios violento mientras el Dios que nos revela Jesús es otra cosa?
Me parece que esta pregunta se ha convertido en un tópico y, aunque comprendo que tiene una parte de realidad, el planteamiento es más complejo, pues hay que matizar muchos aspectos.
Ahora bien, en conexión con la pregunta anterior, si la Biblia es un libro que se comprende como unidad, hay una «progresión», el mensaje que se va proporcionando al lector se va pautando y no se le da de golpe.
Progresión
Es como si en el primer capitulo de una novela nos contaran todo, pues ya no la leeríamos. Pero no solo por eso, siendo el objetivo de la Biblia comunicarnos una experiencia de fe, la imagen que se va teniendo de Dios va variando, ya que el camino de fe tiene diferentes etapas.
Pensad en vuestra experiencia; no es lo mis­mo la imagen de Dios que teníais en la pri­mera comunión que del Dios cuando se te muere un amigo en un accidente de moto. Y, todo es experiencia de fe, incluidas las cri­sis. Lo mismo pasa en un matrimonio. Tú te casas con una persona que piensas que es de una manera y, a medida que pasa el tiem­po y vienen alegrías y dolor, salud y enfer­medad, vas descubriendo nuevas facetas.
Por eso, la opinión de que el Dios del AT es violento y el del NT misericordioso, peca de simple. Si realmente hubiera sido así - esto es, «Dio­ses» tan distintos -, a la Iglesia primitiva le hubiera bastado con sus escritos del NT y no tendría por qué haber incorporado la experiencia de fe del AT. De nuevo, una respuesta «receta para todo» no vale. Habría que ir viendo pasaje por pasaje.
Relatos bíblicos y cuentos
Como en el caso de los cuentos, tenemos que tener en cuenta el género literario y leer los relatos bíblicos como lo que son, para captar el mensaje que se quiere comunicar.
¿Por qué hay cuatro evangelios, si prácticamente dicen lo mismo?
En el caso de los Evangelios, eso de que «di­cen prácticamente lo mismo» sería solamen­te aplicable a los Evangelios sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas) y, no tanto al Evangelio de Juan que es distinto. Se podría responder que son diferen­tes perspectivas de ver, interpretar y vivir un mismo acontecimiento. Sin embargo, estas cuatro visiones apenas se contradicen, más bien se complementan.
Ahora bien, existen otros pasajes que si pa­recen contradecirse. Gé­nesis 1 y 2 son dos relatos de la creación muy distintos. En uno, lo último que se crea es el ser humano y, en el otro, lo primero; en uno es creado por la Pala­bra - dijo y existió -, mientras que en el se­gundo nace del barro; en uno la creación sucede en siete días, en el otro no se dice; en uno se habla de macho y hembra, en el otro de Adan y Eva, etc. ¿Cómo se explica esto?
Confluencia de contrarios
Los autores afirmaron claramente que venimos de Dios, que no somos una casualidad, que Dios quiso que existiéramos y participó en esta creación, ahora bien, el modo, lo que tardo, etc, son cuestio­nes secundarias, pues en estos aspectos los relatos divergen. Es más, ellos lo expresan con las catego­rías, la cosmogonía y antropología de la época. 
Marta GARCIA FERNANDEZ (Revista Catequistas, 2012, nº220)