¿Cuántas
tinieblas rodean tu vida? ¿Muchas? ¿Una sola, pero intensa?
Eleva a Dios tu
oración, deja que Él te acompañe y llore contigo. El paso del tiempo te hará
ver que fueron justamente esos años los que más te ayudaron a crecer y a
hacerte fuerte interiormente. Vivirlos alejados de Dios y sin orar es como
querer salvarse en una tormenta en el mar sin salvavidas. Pero quien los vive
con Dios, dialogándolo con Él, logrará paz interior en esta vida y la esperanza
de un día disfrutar de su presencia.