lunes, 17 de marzo de 2014

Racionalidad de la fe



“Le oí decir a un sacerdote que la fe no se puede demostrar. Entonces, ¿cómo puedo estar seguro de mi fe si no se puede demostrar?”
Lo que ese sacerdote quería decir es que la fe no se demuestra axiomáticamente, pues Dios ha querido que la fe sea libre, para que sea meritoria. El axioma se impone a la razón. El admitirlo no tiene mérito. Por ejemplo: "el todo es mayor que su parte". Esto lo tiene que aceptar todo el mundo necesariamente. Si Dios ha querido que la fe sea meritoria, tiene que ser libre, y por lo tanto no puede ser axiomática. Pero la fe es razonable. Si la fe no fuera razonable, con todas las exigencias que lleva consigo, los creyentes seríamos unos estúpidos. Y nadie puede calificar así a San Agustín y a Santo Tomás de Aquino, que han sido lumbreras de la humanidad.