En la
historia de Abraham se subraya siempre la famosa frase de Dios: “deja tu país”.
Obedeciendo la llamada de Dios, Abraham se desprende de sus seguridades
familiares. Dios viene al hombre pero para llevarle a otra parte. De esta
manera al fe conoce su primera “prueba”. Y Dios responde al deseo del hombre: “Yo
estoy contigo”, y el hombre responde a Dios: “yo te seguiré allí donde tú me
conduzcas”.