Victor
Frankl, fundador de la corriente psicológica llamada Logoterapia, estando en
los campos de concentración observó y participó en el sufrimiento brutal
provocado por el imperio Nazi. La mayoría de los indefensos llegados al lugar, habiendo
perdido familia, posesiones, libertad, es decir, todo caía en la depresión y
pronto en la muerte. Sin embargo, nos cuenta Frankl, sorprendía que algunos, quizá
muy pocos, resistían al infierno y se mantenían con vida. La pregunta lógica
era ¿por qué?, ¿cuál era la diferencia entre las víctimas? La conclusión de
Frankl era que estos últimos encontraban un sentido, una razón para esperar un
nuevo día. Para algunos la esperanza de volver a encontrarse con su familia, el
regreso a la patria o la promesa de su fe religiosa, los mantenía vivos.
Podemos decir que estos pocos veían lo que para la mayoría era imposible ver.