lunes, 17 de marzo de 2014

El mundo, signo de la existencia de Dios



“Los ateos que niegan a Dios dicen que el universo es obra de la casualidad. A mí eso no me convence, pues si el mundo comenzó necesita un Creador, además las leyes de la naturaleza suponen un ser inteligente que las puso. Aunque yo desconozco muchas de esas leyes y parecen hechos aleatorios. ¿Estoy en lo cierto?”
Es cierto: para pasar de la nada al ser es necesaria una causa: DIOS. Lo mismo para explicar las leyes de la naturaleza. Quizás, yo, hoy, no conozca la ley, pero sí puedo conocer que el orden de las letras de un libro se debe a una inteligencia ordenadora. Nadie escribe un libro metiendo en un cubo un millón de letras y después tirando esas letras al suelo. Las maravillas que observamos en la naturaleza me hablan de la inteligencia de Dios, lo mismo que la observación de una obra de arte me habla del talento del artista. Hay hechos aleatorios, al menos para el hombre que no es capaz de dominarlos, como sería la cara superior de un dado después de haberlo agitado en el cubilete, pero sin duda hay unas leyes que han sido la causa de que esa cara quede arriba, aunque yo desconozca la técnica de lograrlo. Pero es claro que donde hay técnica, hay detrás una inteligencia. Y en la Naturaleza resplandece la técnica: desde la función clorofílica de las plantas hasta las leyes matemáticas que rigen el movimiento de las estrellas.