Un atleta español que antepuso la honestidad a un triunfo deportivo.
Iván Fernández Anaya dio toda una lección de deportividad en Navarra al dejar
ganar una competición al africano Abel Mutai, quien lideraba la carrera y que a
pocos metros de la meta pensó que ya había concluido el recorrido. Al no hablar
castellano, Mutai no entendía que la gente a su alrededor le decía que siguiese
porque aún faltaban varios metros. Fernández lo alcanzó y en vez de sacar
provecho de la situación para ganar la carrera, animó al africano a seguir
corriendo para lograr la victoria. Después declaró: “No merecía ganar. No le
hubiera alcanzado si no se equivoca. Hice lo que tenía que hacer”.