“Qué bello será que todos nosotros, al final de nuestra vida, con
nuestros errores, nuestros pecados, también con nuestras buenas obras, con
nuestro amor al prójimo, podamos decir al Padre como Jesús: ¡Todo se ha
cumplido! Pero no con la perfección con la que lo dijo Jesús sino decir:
“Señor, he hecho todo lo que podía hacer”. ¡Todo se ha cumplido!”.
Papa Francisco