Hoy, viajando en un autobús vi una hermosa muchacha con cabello de Oro, y
expresión de alegría; envidié su hermosura.Al bajarse, la vi cojear. Tenía solo una pierna, y apoyada en su muleta,
sonreía. PERDÓNAME SEÑOR, CUANDO ME QUEJO. TENGO DOS PIERNAS, Y EL MUNDO ES MÍO! Hoy, cuando me levanté escuché en el patio de mi casa los pájaros cantar
alegremente mientras el sol bañaba con su manto toda la creación. Aún en mi
cama, escuché el trinar de las aves y salió de mi corazón como un murmullo
lleno de admiración la expresión- GRACIAS SEÑOR POR TODO LO QUE HOY ME DAS. Y
entonces recordé las palabras de aquella poesía que dice:"Gracias a mi Cristo que me ha dado tanto. Me dio dos luceros que
cuando los abro, perfecto distingo lo negro del blanco. Y en el alto cielo su
fondo estrellado y en las multitudes los seres que yo amo". "Gracias a mi Cristo que me ha dado tanto. Me ha dado el sonido y el
abecedario. Con él las palabras que pienso y declaro. Madre, amigo, hermano, y
luz alumbrando, la ruta del alma del que estoy amando".