HAY UN SOLO DIOS VERDADERO.
Sólo
puede haber un Dios verdadero. Si hubiera más, o uno mandaría sobre los demás
-y éste sería el único Dios verdadero-, o serían independientes unos de otros.
Pero esto es imposible, porque el Dios verdadero tiene que tener dominio
absoluto sobre todo lo que existe fuera de Él. Si no, no lo podría todo. Y Dios
-como demuestran los filósofos- lo puede todo. Dice la Biblia: "Así habla
Yahvé...; no hay otro Dios fuera de mí". Los hebreos, por respeto a Dios,
no querían ni siquiera pronunciar su nombre. Lo escribían sólo con consonantes:
"YHVH". Había que rellenar las consonantes con vocales. De ahí los
nombres de "Yahveh" o "Yehovah" con los que se llama a
Dios.
EN DIOS HAY TRES PERSONAS DISTINTAS.
"Dios
es amor", por eso es trinitario; porque el amor reclama alteridad,
necesita otra persona a quien amar. Por eso en Dios hay tres personas.
LAS TRES PERSONAS SON: PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO.
El
Padre nos ama y nos ha hecho sus hijos. El Hijo nos ha salvado muriendo por
nosotros. El Espíritu Santo nos ayuda con su gracia a ser buenos cristianos.
Con la sola razón podemos llegar a conocer algo de Dios: su eternidad, su
omniperfección. Pero no la vida íntima de Dios (la Trinidad). La Segunda Persona
es como la idea que brota del entendimiento. Por eso se le llama Verbo:
Palabra. La Tercera Persona es el Amor que brota entre las dos Primeras
Personas. Sin embargo las tres Personas son simultáneas en el tiempo, porque
las Tres son eternas.
EL HIJO ES DIOS.
La
Segunda Persona de la Santísima Trinidad procede del Padre, pero no es
posterior a Él en el tiempo. Es procedencia de origen, no de tiempo. Podemos
ilustrarlo con un ejemplo. Si yo enciendo la luz de mi cuarto, de noche, veo
simultáneamente mi mano y la sombra de ella sobre la mesa. La sombra está
originada por mi mano, pero veo las dos simultáneamente. No hay prioridad en el
tiempo. La sombra y la mano aparecen ante mis ojos simultáneamente, aunque la
sombra está originada por la mano. Por ejemplo: el fuego da origen a la luz;
pero la luz no es posterior al fuego, sino que surge simultáneamente con el
fuego. Lo mismo ocurre en Dios con el Padre y el Hijo.
EL ESPIRITU SANTO ES DIOS.
Dijo
Cristo: "Os es conveniente que yo me
vaya, porque si no me voy no vendrá con vosotros el Consolador; pero si me voy,
os lo enviaré". El Espíritu Santo es también una Persona Divina, por
lo tanto debe recibir la misma adoración y honor que las otras dos.
La
Sagrada Escritura da al Espíritu Santo atributos de Dios: Omnisciencia, omnipresencia,
omnipotencia. El Espíritu Santo es el poder activo de Dios; es Dios en acción.
Dice Jesucristo que el Espíritu Santo nos inspira y nos enseña, y San Lucas que
mentir al Espíritu Santo es mentir a Dios. San Juan dice que nos inspira, y nos
consuela. San Pablo dice que es dador de la vida, y que nos santifica. El
Espíritu Santo nos ayuda a comprender mejor lo que Jesús nos dijo, y nos da
fuerza para seguir al Señor. En el Credo del Concilio
Niceno-Constantinopolitano se dice que el Espíritu Santo procede del Padre: ex
Patre. Esta fórmula significa que tiene la misma naturaleza del Padre, es
decir, que es Dios como el Padre. Cuando vivimos en gracia santificante somos
templos vivos del Espíritu Santo. Él habita en nosotros y nos llena de sus
dones. Sin su inspiración y ayuda, nada bueno podemos hacer. Dice Jesucristo
que el pecado contra el Espíritu Santo no se perdona. Los teólogos lo
interpretan como la voluntad de no querer arrepentirse. Y Dios no puede
perdonar a quien no quiere arrepentirse. Semejante endurecimiento puede
conducir a la condenación final y a la perdición eterna. El Catecismo habla de
los Dones del Espíritu Santo, que son disposiciones permanentes que hacen al
hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo. son siete:
Don de
Sabiduría: Es un gusto especial para lo espiritual.
Don de
Entendimiento: Es una gracia del Espíritu Santo para comprender la Palabra de
Dios y profundizar en las verdades reveladas.
Don de
Consejo: Es una luz para saber en cada momento lo que es la voluntad de Dios.
Don de
Ciencia: Nos hace saber distinguir entre lo verdadero y lo falso en orden a la
vida eterna.
Don de
Fortaleza: Es una fuerza especial para obrar valerosamente lo que Dios quiere
de nosotros, y sobrellevar las contrariedades de la vida.
Don de
Piedad: Es un afecto filial a Dios como Padre.
Don de
Temor de Dios: Es una humilde actitud de temor a ofender a Dios, reconociendo
nuestra debilidad.
LAS TRES PERSONAS NO SON TRES DIOSES IGUALES, SINO UN SOLO
DIOS VERDADERO EN TRES PERSONAS DISTINTAS.
Las
tres Personas son distintas, porque el Padre no es el Hijo ni el Espíritu
Santo, y el Hijo y el Espíritu Santo se distinguen del Padre y entre sí. Pero
las tres Personas tienen la misma y única naturaleza divina. La misma grandeza,
poder, sabiduría, bondad, santidad, el mismo querer y el mismo obrar, etc. Lo
que hace una Persona lo hacen las tres; sin embargo, ciertas actividades
parecen más apropiadas a una Persona que a otra: la Creación al Padre, la
Redención al Hijo, y la Santificación al Espíritu Santo. No es que entre las
tres Personas se repartan la divinidad, el poder, la sabiduría, etc., sino que
cada una de las tres Personas tiene toda la divinidad, todo el poder, toda la
sabiduría. La Trinidad es un misterio de amor. El amor es un darse mutuamente
para formar un nosotros. En la Trinidad, las Tres Personas se funden por el
amor formando una sola naturaleza. Es verdad que no está la palabra Trinidad en
la Biblia, pero está la doctrina, que se deduce de todo el Evangelio, y que
Cristo condensó cuando dijo que había que bautizar en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo.
Loring, J.