El ser humano cuando sufre tiene miedo a tres cosas:
al dolor, a estar solo y a sentirse una carga", comenta Blanca
López-Ibor.
El miedo al dolor se explica por la experiencia previa del
dolor que ha tenido el niño. "No te
preocupes que no duele', se le dice; pero cuando le pinchan, le duele. Conviene
hablar en positivo y decirle más bien: 'No te preocupes que lo haré muy rápido
e intentaré no hacerte daño', advierte la doctora. Ese primer miedo puede
curarlo el médico explicando al niño lo que le van a hacer según su nivel de
comprensión.
Para aliviar el miedo a estar solo, el niño
cuenta con la presencia permanente de sus padres, hermanos, familiares y amigos
mientras está enfermo en el hospital.
Y por último, está el miedo a sentirse una carga.
"El ser humano, cuando está
enfermo, es una carga para los demás; y serio le puede llevar a plantearse el
sentido de su vida. Ese miedo solo se cura al saberse y sentirse querido",
asegura López-Ibor, En resumen, "el
médico puede curar el miedo al dolor; la compañía de los padres el miedo a estar
solo; y el miedo a sentirse una carga solo lo cura el amor de sus familiares y
amigos".