sábado, 10 de febrero de 2018

Morir es llegar a casa



La muerte es llegar a casa para disfrutar del banquete de la felicidad sin fin. La vida no es un breve destello entre dos nadas. Morir no es perderse en el vacío, lejos del Creador. Morir es entrar de lleno en el corazón de Dios y disfrutar de la plenitud de su amor. Allí morirá definitivamente la muerte.