miércoles, 28 de febrero de 2018

Resentimiento, venganza, rencor



El pasaje de San Lucas en el que se relata el episodio en el que Jesús envió a varios mensajeros para ir a una población samaritana con el fin de prepararles alojamiento. Aún así, los samaritanos no le quisieron recibir porque Jesús se dirigía a Jerusalén. Esta actitud no gustó nada a Santiago y a Juan, los amigos de Jesús, y le preguntaron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?». Jesús, volviéndose hacia ellos, les reprendió y les dijo: «No sabéis de qué espíritu sois. El Hijo del Hombre no ha venido a perder a los hombres, sino a salvarlos» Y se fueron a otro pueblo.
Jesús nos muestra que el resentimiento, la venganza o el rencor no son la actitud correcta. Él no se detiene en pensar la de veces que se ha sentido ofendido, o en lo ingratas que son las personas a veces, que no le acogieron cuando Él solo les quería hacer el bien; no pierde el tiempo en pensar cómo debería pagarles, o vengarse, por tamaño desplante. Actúa así porque no esperaba que le devolvieran bien por bien, es decir, no se creó falsas expectativas. Como no esperaba nada, la falta de hospitalidad de los samaritanos no le afectó, sino que se concentró simplemente en otra opción. Jesús no permitió que lo sucedido le quitase la paz.