viernes, 13 de julio de 2012

VER A DIOS


Un rey quería ver a Dios.
Pero ninguno de sus sacerdotes y sabios era capaz de mostrárselo.
El rey los amenazó con duros castigos, pero ni por esas.
Cuando ya todos estaban desesperanzados, apareció del campo un pastor.
Condujo al rey a un lugar abierto, le mostró el sol y le dijo: “mira fijamente”.
Pero inmediatamente el rey tuvo que bajar la vista deslumbrado.
Y exclamó: “¿quieres que me quede ciego?”
El pastor respondió: “mi rey, si el sol es sólo una cosa de la creación, sólo un débil reflejo de su grandeza. ¿Cómo quieres tú ver directamente a Dios?”

                Dios se da a conocer a través de la creación. Además Dios se manifiesta también en los acontecimientos que ocurren en la historia. Y precisamente el acontecimiento más significativo de la historia humana es el paso de Jesús de Nazaret por los caminos de Palestina.
Quien ve y contempla con ojos  limpios a Jesús, entenderá todo lo que se puede entender de Dios en este mundo. "El es imagen de Dios invisible" (Col 1,15); el único que con toda verdad puede darlo a conocer (Jn 1,18).
                La atrevida petición de Felipe: "Señor, preséntanos al Padre; con eso nos basta" (Jn 14,8), expresa la más profunda aspiración de la humanidad en busca de Dios. Y la respuesta de Jesús asegura que esta aspiración ya puede ser colmada: "Quien me ve a mí, está viendo al Padre" (Jn 14,9). Este es el único "camino" para poder conocer y llegar a Dios.
                Esta es justamente la "vida" que él viene a darnos. El hombre Jesús es la imagen pura y fiel del Dios invisible. Toda su existencia humana tiende a hacer ver al Padre.
                En Jesús se da a los hombres la  manifestación plena e irrepetible de Dios. Si todo hombre es imagen de Dios, Jesús es de modo único la imagen de Dios. Por su medio Dios se ha hecho presente entre nosotros de un modo nuevo y único.