1.- Sé como las abejas. Tienen un bello oficio. Visitan las flores del
jardín y se llevan el polen de las flores para con él fecundar otras semillas.
Busca lo bueno que hay en la vida y fecunda con ello tu vida y la vida de los
demás.
2.- Sé como las abejas. Tienen un bello oficio. Visitan las rosas y no
se fijan en las espinas. Sólo buscan la miel que hay en ellas. ¿Por qué andar
buscando siempre lo malo que hay en la vida? Si fuésemos abejas dejaríamos de
lado las espinas y contemplaríamos las rosas.
3.- Sé como las abejas. Tienen un bello oficio. Recogen la miel que
hay en cada flor del jardín. En las flores grandes y en las chicas. En las muy
bellas y en las que no lo son tanto. Es que para quien busca siempre hay mucho
de bueno que encontrar en la vida de cada persona.
4.- Sé como las abejas. Tienen un bello oficio. Repasan las flores,
las del jardín y las del monte. Y con la miel que encuentran hacen luego ellas
un rico panal. Cada día debiera elaborar mi panal con toda la bondad que
descubro en los míos y en los de afuera.
5.- Sé como las abejas. Tienen un bello oficio. Elaboran un rico panal
de miel suficiente para ellas y la mayor parte te la regalan a ti para que
endulces tu vida. ¿Por qué quedarme con mis alegrías si son suficientes para mí
y para compartirlas con los demás?
6.- Sé como las abejas. Tienen un bello oficio. Son fecundas y
alimentan con su miel a los demás. A los hijos no basta darles la vida. Hay que
darles luego la miel, ese gusto y ese sabor por la vida. Que amen y sientan el
gusto de vivir.
7.- Sé como las abejas. Tienen un bello oficio. Trabajan todas para
todas. Y todo lo comparten. Nadie se hace dueña de la miel de su trabajo. Hoy
puedo compartir muchas cosas con los demás. Sé que dando de lo mío, disfruto yo
y pueden vivir otros muchos.