
Adentro, vio un indefenso perro viejo dormido en el piso cerca de la
caja registradora. Y le preguntó al dueño de la tienda "Es este el perro
con que la gente se supone deben tener cuidado?"
"Sí, -contestó el propietario- ese es."
El hombre no pudo quedarse sin sonreír.
"Este ciertamente no se ve
como un perro muy peligroso desde mi punto de vista," -se rió-.
"¿Por qué
decidió usted poner ese anuncio?"
"Porque -contestó el dueño- antes de que pusiera el anuncio, la gente se tropezaba con él."
Muchas veces no vemos los detalles en la vida que,
aunque son pequeños y silenciosos,
están ahí y nos ayudan a vivir.
Dios mío:
¡haz que en cada momento de mi vida,
y sobre todo en medio de la dificultad,
te sepa VER a mi lado!