miércoles, 8 de mayo de 2013

Instrucciones para un viaje



Estimados señores pasajeros:
         En nombre del Señor y de su Compañía, que es la Iglesia, les damos la bienvenida a este vuelo eucarístico que tiene como destino la eternidad. La duración estimada del vuelo, dependiendo de la turbulencia lingüística del piloto, está estimada  en 40 minutos.
         Por motivos de seguridad y para no interferir la señal divina no podrán utilizarse durante la estancia en esta nave los teléfonos móviles. Por favor, procuren que su equipaje de mano, esté bien colocado para que, entre otras cosas, no pueda ser sustraído por terceras personas y también, en un determinado momento de este vuelo, recurrir a él  para su colaboración.
         Obviamente les recordamos que está prohibido fumar ni comer en este trayecto ni hablar más de lo necesario. No hay servicio de bar y, los wc, han de ser utilizados con discreción. Están situados en la parte delantera de la nave.
         A continuación vamos a proyectar unas letras de cantos y siguiendo las normas de protocolo específico de este viaje, pasamos a efectuar una demostración sobre la localización, uso de las salidas, salvavidas, etc. Les rogamos, mientras dejan de sonar las campanas de inicio de vuelo, presten máxima atención:
         a) Esta nave celestial dispone de tres entradas. Una situada al fondo del pasillo y dos en sus laterales. El pasillo central, caso de emergencia, será utilizado por los mayores y niños y –los laterales- podrán ser usados por el resto de pasajeros. Las solteras tengan cuidado, al salir, de no quedarse enganchadas a San Antonio. Los casados, por el contrario, procuren no enzarzarse en diálogos largos con Santa Rita. Lo imposible…es imposible.
         b) Caso de necesitar oxígeno, esta aeronave, dispone de 4 máscaras con rejillas dispuestas por las paredes. Las podrán reconocer porque, en la parte superior, vienen denominadas como “confesionarios”. Una luz verde nos dirá si es posible su utilización y, una roja, si está ya ocupada por una persona asfixiada por la despresurización de su existencia.
         c) Igualmente, ustedes, disponen de varios chalecos salvavidas. No es necesario que miren debajo de los asientos. Dentro de ustedes, en su interior, pueden utilizar la oración, el silencio, la contemplación, la caridad, la fe y la esperanza como los más y mejores salvavidas nunca vistos. Si ustedes desean utilizar el salvavidas de la oración, han de meter un poco la cabeza. Si, por el contrario, desean usar el de la caridad, deberán de alargar a mano a su bolsillo. Igualmente, si quieren saber el funcionamiento del salvavidas de la fe o de la esperanza, permanezcan atentos a las lecturas que en el transcurso de este vuelo se leerán desde cabina. Estos chalecos pueden ser utilizados tanto en el interior de esta aeronave como en el exterior de la misma.
         d) Durante el trayecto, algunos miembros de la tripulación, pasarán unas bolsas para que ustedes puedan colaborar con los fines más supremos y divinos de esta Compañía. Fines que no son otros que hacer el bien y procurar una estancia feliz, en esta tierra, a los que nacen y mueren en ella.
         d) Igualmente y casi al finalizar el vuelo, aquellos que lo crean conveniente y estén preparados interiormente, podrán pasar hacia la parte delantera de la aeronave para recibir -bien en mano o en la boca- un ágape que se cuece en las alturas: PAN DE LOS ANGELES.
         e) Por favor lean las instrucciones que, en el folleto de mano, les hemos dado para seguir el desarrollo de este viaje celestial. Igualmente, y al finalizar el mismo, tengan cuidado al bajar las escaleras del aeronave y no dejen nada de su equipaje en el interior de la misma. No olviden, además, de desabrocharse el cinturón del egoísmo, la envidia o la vida fácil.
         En nombre de Jesús de Nazaret, de la Iglesia, de la tripulación (sacerdotes, monaguillos, lectores, servicio de limpieza, coro, organista, etc) les deseamos un feliz viaje y les invitamos a participar más asiduamente en este tipo de vuelos.
¡Gracias, entre otras cosas, por haber elegido bien!
Leoz Ventura, J.