Ángel
de mi guarda,
en
este día que comienza ,
quiero
pedirte,
ya
que tu tienes
la
misión encomendada por Dios,
de
velar y de cuidar de mí
en
esta vida,
que
me acompañes,
y
que precedas a lo largo de todo él
todos
mis pasos
para
evitar la caída.
Que
no me falte nunca
y
en ningún momento tu consejo,
para
que sepa elegir siempre
lo
bueno y lo más perfecto,
aquello
que sea agradable a Dios,
según
su Voluntad
y para gloria de su Santo Nombre.
Hazte muy presente a mi
lado,
en los momentos de
prueba
y en las tentaciones.
Ayúdame a no fallarle al Señor
y a
permanecerle fiel.