lunes, 14 de noviembre de 2011

MORIR...


Morir, no es cerrar los ojos
porque llegó la noche final,
sino bajar los párpados
para no ser encandilado,
por la luz del amanecer.

No es cruzar las manos
porque llegó el final de la tarea,
sino descansarlas un poco,
porque pronto comienza
la tarea definitiva.

No es detener los pies
porque se acabó el camino,
sino darles un descanso
para estar de pie mañana.

No es callar la voz
porque llegó el silencio para siempre,
sino darle su descanso
porque mañana hay que amanecer cantando.

No es terminar el camino,
en la oscuridad final,
sino cruzar el túnel
hacia la luz total.

No es sufrir la última desilusión,
porque todo acaba,
sino vivir la última esperanza,
porque todo empieza.

No es dejar de amar
perdiendo todo el amor vivido,
sino encontrar por fin
el amor definitivo;

No es morirte para siempre,
sino comenzar a vivir
de otra manera,
y para siempre.

René Trossero