Nada más que Tú
Se dice que al final de su vida, mientras estaba en
oración, Santo Tomás de Aquino tuvo una visión milagrosa de Jesús en la Cruz,
quien le dijo: “Tomás, has escrito bien
de mi. ¿Qué recompensa quisieras?” a lo que el santo respondió: “Non nisi te, Domine” (“Nada más que tú, Señor”).