Todos los grandes misterios del Evangelio suceden en el
suelo. El nacimiento del Señor, Cristo escribiendo en la arena
ante la adúltera, inclinado para que no se sintiera juzgada, el lavatorio de
los pies, la pecadora que enjuga los pies del Maestro, la oración en el huerto,
las caídas del Señor camino del Calvario, el descendimiento de la cruz, que es
el camino más atroz y más lento hacia la tierra… Una vida que se entrega
enteramente no tiene miedo a tocar el suelo, es el salario con el que el mundo
paga a quienes no son del mundo.