martes, 26 de marzo de 2013

Creo en Dios



CREO EN DIOS, 
NO PORQUE LE VEA,
SI NO PORQUE LE SIENTO
 
Me pasa lo que al ciego.
El ciego cree en el Sol,
no porque lo vea, 
si no porque lo siente…

 Me pasa lo que a la madre, que espera  un hijo.
Cree en él, no porque le que vea , 
si no porque le siente.
 Me pasa lo que al sordo.
Cree en la música, no porque la oiga, 
si no porque la siente en los que bailan.
 Me pasa lo que al hombre aterido de frío.
Cree en el frío, no porque lo vea, sino porque lo siente.
Me pasa lo que al hambriento.
Cree en el hambre, no porque la vea, 
si no porque la siente.
 Me pasa lo que al corazón de una madre.
Cree en el amor, no porque lo vea, 
si no porque lo siente …
 Me pasa lo mismo con Dios.
Creo en Dios, no porque le vea, 
si no porque le siento…
 Pero para sentirle, 
debo buscar el silencio y la quietud interior.
 Necesito la fuerza de Dios, su gracia, 
su bendición y presencia, para que pueda sentirle.
 Sentir a Dios en un don gratuito, inmerecido siempre, 
es puro regado de Dios.
 Sentir a Dios es gozar de su presencia, de  su amor, 
de su intimidad,
 …ES ESTAR EN EL CIELO.
 Porque donde Dios está, allí está el  cielo.